Patria y juventud

Por Los Web Masters

Acerca de la nueva generación

El evento había transcurrido en apego completo al programa. La presentación inicial en la cual un alcalde del PRI en Durango y un diputado local del PAN en Coahuila se ponían de acuerdo acerca de un objetivo social común, mostraba ya signos de nuevos tiempos. Luego siguieron las exposiciones de Ricardo Rebollo y Luis Gurza, acerca de la visión de cada uno en torno a la necesidad de la participación de los jóvenes en la política, lo que presentó un tratamiento de altura al tema.

Todo ello se daba en el foro organizado por la Universidad La Salle llamado “Los Jóvenes y la Política”, que en el campus Gómez Palacio registraba la asistencia de 300 personas aproximadamente.

Como estaba previsto, llegó el tiempo para la sesión de preguntas y respuestas. Fueron diversos e interesantes los cuestionamientos, tanto al Alcalde Rebollo como al diputado Gurza, sin embargo hubo uno que puso especialmente el dedo en la llaga y que en síntesis apuntaba: ¿los políticos conocen que tienen mala imagen? Si lo saben, ¿cómo pretenden cambiarla para que los jóvenes realmente sean motivados por ello para participar en política?

Por lo pronto, la respuesta de Ricardo dejó claro que por supuesto lo sabe y, ahora sí que dentro del contexto de este evento juvenil, los autores de este espacio resumirían sin tanto “rollo” la contestación del Alcalde: la imagen de los políticos deberá cambiar con base al ejemplo de sus acciones.

Mucho podrá decir la actual administración municipal de Gómez Palacio sobre sus bondades, pero nada será tan efectivo como ver a un alcalde que llegue puntual a sus citas, que sin aires de grandeza dialogue lo mismo con el rico que con el pobre, que demuestra con más obra pública cómo hace rendir el dinero de la gente, que privilegie en el presupuesto el desarrollo social y el combate a la pobreza extrema y que finque la transformación del municipio en apoyos a la educación.

La conclusión del alcalde ante los jóvenes fue directa, “al grano”: “si quieren participar en política para servir, no para servirse, bienvenidos; si no, mejor no lo hagan”.

Al finalizar el evento, que con toda objetividad cabe calificar como todo un éxito de la ULSA, el alcalde y el diputado escucharon por separado los planteamientos de diversos universitarios.

Sin duda el foro lasallista “Los Jóvenes y la Política” fue una contribución al rompimiento de al menos dos anacrónicos paradigmas: el que en ocasiones todavía hace ver a los políticos de partidos distintos como “enemigos naturales” y no como representantes de propuestas diversas para llegar a un solo fin: mejorar la calidad de vida de todas las personas; y el de los gobernantes como semidioses que se supone solos pueden transformar sociedades.

Ni la verdad puede estar de un solo lado ni el político, ni ninguna otra persona, puede influir mágicamente en las voluntades de los demás.

Y el civismo…

El viernes 22 de febrero el Alcalde Ricardo Rebollo estuvo en un evento que consideró de suprema importancia en este gobierno municipal.

No se trató de la puesta en marcha de una obra material de grandes dimensiones o de la visita de un estadista de talla internacional, por ejemplo. Fue algo mucho más profundo y de mayor impacto en todos los aspectos de la vida.

Se trató de la entrega de banderas a 100 escuelas del municipio, en un acto de alto contenido cívico.

Cuestionado acerca del por qué la importancia que daba a ese evento, el alcalde dijo que la respuesta era simple: “porque trata acerca del valor que a todos nos une, que a todos nos hace partícipes de una misma causa… porque significa toda esa historia, todo ese territorio, toda esa cultura que a millones de mexicanos nos integra en un solo concepto: la Patria, que es representada por nuestra Bandera”.

Ya en su discurso en la recientemente reinaugurada Plaza de Armas, Ricardo expresó:

“Quien ama, respeta y defiende a su Bandera… ama, respeta y defiende a los suyos…

“Quien lleva siempre a su Bandera en el corazón, siempre será una mujer o un hombre con fuerza para ser y servir mejor”.

Usted, distinguido lector, ¿qué opina?